: *CLUB DE ABSTEMIOS* :

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Club de abstemios. ¿Cuanto evento raro se puede apreciar en una noche de carrete? Eso es lo que he aprendido cada vez que estas revoluciones prenden el espíritu alguna caga debe quedar.- Y es cierto. Hace algunos meses atrás todo se me complico. Llevaba varias noches en vela sometida bajo crueles recuerdos, pensando que tal vez nunca podría levantar la cabeza y mirar dignamente a mí alrededor. Sabía que todo estaba mal, recordaba a cada minuto que no recordaba nada y así mis días pasaban cayendo en la más profunda de las torturas, sintiendo que el alcohol que en algún momento bañaba mi sangre y corría por mis venas me condenaría hasta el último de mis días. Cuando llegaba al lado de mis “amigos” estos se burlaban sin piedad de mi, reían y me hacían sentir como el peor de los monigotes de un circo barato, pero quise ser fuerte y soportar todas las bromas indudablemente tenia que aceptar que la humillación no era gratuita mas bien debía tener presente que les di el pie para que se aprovecharan de una pobre alcohólica que no tiene la culpa de ser tan débil frente a la tentación. Por eso un día de tantos, estos tantos de aventuras copetilícas, decidí abandonar el rubro, cansado del hachazo y de la caña. Considerando además que era muy joven para sufrir alzahimer, las lagunas mentales me tenían acabada. Como me di cuenta de la horrible situación que ocurría, decidí comenzar de inmediato. Por eso celebre como dios manda mi retiro de los malos caminos por los cuales otros me estaban llevando. Luego de disfrutar el último dolor de cabeza y fumar el ultimo cigarro que pille en un bolsillo (el que escondí pa no darle a nadie), partí un día domingo por la tarde a hablar a un conocido “club de Abstemios.” Entré a aquel lugar a penas distinguiendo los pasillos, sintiendo como crujían las tablas de la casona imaginando que esos eran mensajes sublimes con una magia curativa o algo así. Me hicieron pasar amablemente, y con una sonrisa acongojada saludaba a los presentes. Tome asiento y me dispuse a escuchar. Ese día tenía mucho por aprender, sabia que desde ese momento aunque me pusieran diez botellas con cerveza heladita o el mejor sexo en la playa (nombre dado al único trago que no te deja con ese olor que te hace vomitar al día siguiente) mí lucha no cesaría, estaba convencida que nada acabaría con mis ganas de cambiar radicalmente. Tome. Pero solo atención a los testimonios de mis compañeros, los que para mi ya significaban algo importante, incluso debo confesar que hasta unas lágrimas corrieron por mis mejillas al escucharme decir que podía ser feliz sin alcohol. Al salir del lugar una brisa fresca me indica una nueva sensación, todo olía distinto, la ciudad se veía diferente (bueno ahora la veía nítida) era todo muy especial. Y quise caminar, apreciar lo que por tanto tiempo había olvidado. Y así pasaron cerca de… un mes. Para muchos era una tontera, pero fue mi gran orgullo. Tenia la libertad de dar consejos a todos aquellos que alguna wea rara habían hecho. Para eso utilizaba mi típica frase “no podí ser así…” Por desgracia las lindas palabras que salían de mi boca, esas que tanto había cuidado y repetía solo por el bien de los demás procurando que ellos no cometieran los mismos errores que yo, cayeron como escupe sobre mí. Llegando un fatal fin de semana donde el camino iluminaba sin problemas mi querido club, mi ex grupo de gozadores de esa mala bebida me alcanza y me invita al cumpleaños del primo del hermano de un amigo que vive fuera de santiago. Me resistí durante un rato, pero sus ruegos fueron más fuertes que yo. Y me dije esta es tu oportunidad de demostrarles a ellos y a ti mismo que cambiaste. Y partí convencida de lo que seria la mejor velada desde hace harto tiempo. Entrando al lugar, la música fuerte me hizo sentir nostalgia, al ver la cara de ebrios de la gente del lugar reí sin parar repitiendo nuevamente “no pueden ser así…” Me senté y solo disfrute, dejándome llevar por el entorno, tanto así que unas horas después no sabía ni donde estaba parada. ¡Se me apago la tele! Chuuu…..!!!!!!! Deje la media caga, tome mas que en cualquier otro carrete, es que los tipos que habían eran tan simpáticos que no podía desteñir. Después del local seguimos hueviando y ahí todo se volvió peor. Nadie imagina lo que paso, si hay que reconocer que cada persona que asistió olvido alguna parte, o sea el problema no fue solo mío, todos terminamos mal, si hasta me saque la cresta… Que noche aquella, pero aun me quedaba el despertar. Esa mañana acepto que no la esperaba. Abro los ojos lentamente bajo el domino de un aliento horrible, no podía ni ponerme de pie. Estaba desesperada. Miro a mi alrededor y veo gente tirada por todos lados y un bulto de ropa apilada en un rincón, entre ella la mía. Puta otra vez la había cagado, vuelvo a mirar y a mi lado hay alguien más. Esto no podía ser. Quien me acompañaba abre los ojos y aun sin modular me dice: ¡chuuuta y donde estoy! Ahí aseguré que todo estaba mal, que había caído en el juego de mis amigos y me había entregado, no solo a la mala bebida. Desde ahí que estoy perdida no tengo fuerza ni voluntad para volver a ser buena persona, es mas cada vez que me invitan a corretear caigo en la mas terrible de las transformaciones, aunque lo acepto y se que lo repito para convencerme, ¡aun soy joven y puedo cambiar!

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